Discurso del diputado Sigfrido Reyes, en representación del grupo parlamentario del FMLN en la sesión solemne de la Asamblea Legislativa con motivo del 26° aniversario de la Constitución de la República
martes 22 de diciembre de 2009 - 11:44
Señor Presidentes de la Asamblea Legislativa y Señores y Señoras Diputados
Señor Presidente de la Corte Suprema de Justicia y del Órgano Judicial
Señores Diputados y Diputadas del Parlamento Centroamericano;
Señores Magistrados y Magistrados de la Corte Suprema de Justicia;
Señores Magistrados del Tribunal Supremo Electoral;
Señores Miembros del Ministerio Público
Señor Presidente de la Corte de Cuentas de la República;
Señores y señoras Ministros, Vice-Ministros y Presidentes de Entidades Autónomas;
Señores y señoras del Cuerpo Diplomático y representantes de Organismos Internacionales acreditados en el país;
Amigos de la prensa;
Invitados Especiales,
Pueblo salvadoreño que nos ve y nos escucha gracias a los medios de comunicación:
Una nueva etapa política se ha abierto en El Salvador en este año 2009, año que será de mucha relevancia histórica para nuestro país.
Es ésta una NUEVA ERA, que podemos llamarla, sin ningún resquicio de duda, LA ERA DEL CAMBIO. Es una Era en la que toma un nuevo valor la LEY SUPREMA DE LOS SALVADOREÑOS: la CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA.
Nuestra Constitución, promulgada hace ya 26 años, y reformada profundamente con los Acuerdos de Paz de 1992, para dar inicio a una época de democratización de la sociedad salvadoreña y de construcción de un Estado de Derecho, vuelve a la vida en el presente y promete un nuevo amanecer para nuestro país.
Hace justo 4 años nuestro recordado y respetado líder Schafik Hándal, decía en esta misma tribuna, que releyendo la Constitución, tenía la certeza que su texto reflejaba un sistema jurídico-político que se caracteriza como un Estado Constitucional y Social de Derecho. Pero, a continuación, denunciaba con vehemencia (me permito citar textualmente): “Para nosotros está claro que no es esto lo que se vive. Para nosotros está claro que el modelo neoliberal vigente desde hace años, desde que gobierna el partido ARENA, que proclama al mercado como el supremo hacedor y rector de todo lo que se hace y se deja de hacer, que proclama la ganancia y no la persona como el fin y objetivo del Estado, que proclama la superioridad del interés privado sobre el interés social y el interés público… Ese modelo, es contrario a la Constitución! Viola la Constitución!”.
De allí que en esa misma alocución dejó grabada, con palabras que todavía resuenan en este Salón Legislativo, aquella poderosa sentencia que a continuación también cito: “Esta Constitución es una especie de cadáver insepulto, acribillado, apuñalado, que se saca cada año para ponerlo sobre la mesa y rendirle el homenaje del Día de la Constitución. Si van a insistir con sus políticas, sus decisiones, el “yo hago lo que quiero”, si va a insistirse en esto, lo menos que se puede exigir es que sometan al conocimiento ciudadano la consulta de hacer otra Constitución, a su medida totalmente. Pero lo que es con ésta Constitución no casa ninguna de esas políticas y conductas. Hacerle un homenaje cada año a la Constitución no corrige nada de esto, no establece un Estado Constitucional y Social de Derecho, como lo manda la Constitución…”.
Estas palabras fueron dichas no solo con el objetivo de denunciar las flagrantes violaciones que del Estado de Derecho se perpetraron en nuestro país por décadas, sino que más bien fueron la admonición de que esta triste realidad algún día tendría que llegar a su fin. Con su contundente sabiduría y su fe profética en este pueblo salvadoreño, Schafik señalaba el rumbo por el cual teníamos que seguir luchando: defender la Constitución y conducir este pueblo a reivindicar esa norma suprema, que en su art. 83 proclama que “El Salvador es un estado soberano” y que “la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce en la forma prescrita y dentro de los limites de esta Constitución”.
Así igualmente lo plasma el Art. 86 de esta Carta Magna: “El poder público emana del pueblo”. Y ha sido bajo estos postulados que el pueblo salvadoreño dio una ejemplar lección al mundo en este año: Los salvadoreños y salvadoreñas, haciendo uso de su poder soberano, dieron en las urnas el triunfo al FMLN, a sus CANDIDATOS y a su PROGRAMA DE GOBIERNO, para que como dignos representantes y gobernantes, conduzcamos a El Salvador por el nuevo sendero de la Democracia, de la prosperidad y la puesta en vigencia de un verdadero ESTADO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL DE DERECHO.
Por ello afirmamos que esta nueva etapa de la historia patria constituye un verdadero Cambio de Época, que anuncia para El Salvador el fin de la arbitrariedad, de la imposición y el abuso, de la corrupción y de la violación flagrante a los Derechos Fundamentales de nuestros compatriotas. Ha comenzado pues, el fin de una práctica de violación sistemática a nuestra Constitución y a sus preceptos fundamentales.
EL FMLN ha tenido y seguirá teniendo como horizonte el objetivo de que se respete por todos, por gobernantes y gobernados, el texto y el espíritu constitucionales. Y con ese objetivo en mente es que trabajamos para que el pueblo vea señales vigorosas e irreversibles, de que el CAMBIO también ha llegado en relación al respeto y vigencia de nuestra Constitución.
Así, por ejemplo, iniciamos esta legislatura garantizando que se estableciera una nueva composición de la Corte Suprema de Justicia, especialmente de su Sala de lo Constitucional, eligiendo Magistrados que gozan del respeto de la sociedad y que valoran muy en alto el principio de la independencia judicial. Con ello se ha empezado a devolver la esperanza a la Nación que se puede y se debe ejercer con honestidad la administración de la Justicia, y en particular de la Justicia Constitucional.
Igualmente, hemos ratificado en la presente legislatura, varias reformas a nuestra Ley Fundamental. Una de ellas permitirá ahondar en uno de los beneficios sociales a que todos nuestros compatriotas tienen derecho, estableciéndose la gratuidad de la educación secundaria pública.
A fin de brindar más y mejores herramientas legales para la investigación y persecución de algunos delitos de suma gravedad, se dio paso a la reforma que otorga validez al recurso de las intervenciones telefónicas.
De gran significado para la democracia y para la igualdad entre los ciudadanos, han sido las reformas que habilitaron la entrada en vigencia efectiva de varios Convenios de la Organización Internacional del Trabajo, que garantizan la sindicalización y la contratación colectiva de los empleados del sector público.
Más recientemente, y observando escrupulosamente los términos establecidos en la Constitución, arribamos a importantes acuerdos con otras bancadas legislativas, para que se aprobará con transparencia y sin demora el Presupuesto General de la Nación del 2010, nuevas emisiones de deuda pública y la reorientación de créditos, para empezar a hacer salir a El Salvador de la profunda crisis económica y social.
Así, igualmente de significativo ha sido el paso valiente que dio esta Asamblea cuando aprobó el mes pasado la Ley Reguladora de las Tarjetas de Crédito. Con la misma pretendemos defender a la ciudadanía de los abusos a que por años ha estado sometida por acreedores sin ningún tipo de restricción. Esta ley es una clara muestra de que es posible legislar aplicando el principio de Justicia Social consignado en el artículo Primero de la Constitución. Le hacemos además honor al precepto constitucional, que en el art. 101 establece que “El orden económico debe responder esencialmente a principios de justicia social, que tiendan a asegurar a todos los habitantes del país una existencia digna del ser humano”, o en el art. 102, que postula textualmente: “Se garantiza la libertad económica, en lo que no se oponga al interés social”. Con esta visión del trabajo legislativo, no estamos haciendo otra cosa sino poner en boga estos principios, alevosamente olvidados en el pasado reciente.
Estamos aplicando pues, la justicia social que la Constitución nos ordena aplicar a todos los diputados y las diputadas.
Señores y Señoras, Ciudadanos todos:
En nuestro compromiso de promover la justicia social en El Salvador, de gran significado ha sido el intenso trabajo que el FMLN realizó recientemente, junto a otros Grupos Parlamentarios que exhiben responsabilidad patriótica y racionalidad, para aprobar una Reforma al Sistema Fiscal y Tributario del país, que si bien representa un paso inicial y modesto, constituye sin duda una clara aplicación del principio de equidad tributaria que consigna el ordinal 6º. del Art.131 de la Norma Primaria, que establece como atribución de esta Asamblea Legislativa, -cito textualmente-: “Decretar impuestos, tasas y demás contribuciones sobre toda clase bienes, servicios e ingresos, en relación equitativa”. Es decir, el que posee más riqueza debe contribuir con más tributos.
No puede ser de otra forma. En esta Era de Cambios que hemos inaugurado, se deben acabar los privilegios y las prebendas para reducidos, pero poderosos sectores de la sociedad. No podemos dejar de señalar, y lamentar, que todavía persisten visiones y conductas, que se oponen tenazmente a que en El Salvador haya mayor justicia tributaria. y con ello, a que el Estado cuente con los recursos fiscales, imprescindibles para realizar proyectos sociales de combate a la pobreza y la exclusión, brindar más y mejor seguridad ciudadana, mitigar riesgos y proteger el ambiente, fortalecer la administración de justicia, entre otras de las irrenunciables responsabilidades estatales.
Así entonces, las muestras positivas que esta nueva Asamblea Legislativa empieza a dar, ejerciendo el diálogo, la negociación política transparente, y no la imposición, donde la bancada mayoritaria del FMLN marca indudablemente su impronta de reivindicación de la Constitución y la institucionalidad democrática, nos señalan que, en El Salvador de hoy, una nueva forma de hacer política no es solo necesaria, sino que también es posible. Así, por ejemplo, nos aprestamos a aprobar, y por ello solicitamos desde ya el compromiso de todas los Grupos Parlamentarios, una Ley de Transparencia y Acceso a la Información, que permita ejercer una nueva forma de administración pública con transparencia y probidad. Debemos con esta y otras leyes que es necesario consensuar y aprobar, combatir de tajo la corrupción, el abuso de autoridad y el despilfarro de fondos públicos.
Debemos igualmente aprobar pronto una moderna Ley de Ordenamiento y Desarrollo Territorial, que regule el uso del territorio y prevenga que tragedias tan lamentables como las acontecidas apenas el mes pasado en varios municipios de San Vicente y otros departamentos del país, vuelvan a repetirse y a dejar luto en nuestras familias. Es decir, debemos aprobar leyes que como éstas pongan en verdadera vigencia el acervo de Derechos Fundamentales que nuestra Constitución postula y que deben ser el norte de todo gobierno del pueblo y para el pueblo.
En suma, pues, esta nueva Era de Cambios, demanda de nosotros un firme compromiso con la Democracia, el respeto a la Constitución y la plena vigencia del Estado Social, Democrático y Constitucional de Derecho.
Esto es particularmente significativo, cuando en nuestro vecindario inmediato, en nuestra hermana República de Honduras, se ha perpetrado el rompimiento abierto, violento y todavía impune del orden constitucional, y donde se pretende estrenar una nueva estrategia golpista para la región, que culmina con la realización de elecciones ilegítimas.
Por todo ello, en este día de tanta significancia para la vida política e institucional de nuestra querida Nación, queremos dejar plasmado nuestro anhelo, nuestra voluntad y nuestro firme compromiso de seguir luchando como Grupo Parlamentario por la defensa y la vigencia plena y real de esta Constitución que hemos jurado cumplir. Podemos este día decirle con solvencia a nuestro querido Schafik, infatigable y leal defensor de la Constitución: ¡Tu sueño y tu demanda por cumplir y defender esta Constitución, para beneficio del pueblo al que tanto amaste, comienza a hacerse realidad!.
Ciudadanos y ciudadanas salvadoreños:
En este aniversario de la Constitución les reafirmamos a ustedes que la Constitución de la República de El Salvador ya no será más un cadáver insepulto y vilipendiado.
Este pueblo noble, creyente ferviente en el mensaje de Cristo y de su resurrección, la ha hecho resucitar con su mandato soberano, expresado en su voto. Y nosotros, representantes fieles de la Nación salvadoreña, le daremos alimento a su vida, luchando firmemente por su defensa y su vigencia.
¡Muchas gracias!.
res non verba
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